Este paseo ha sido grandioso. Hace casi 17 años que vivo en Lago Puelo y nunca me había embarcado en las aguas del lago, ni siquiera en kayak si lo pienso bien. En mi cuaderno de cosas pendientes o sueños por cumplir o lista de deseos o cómo prefieran decirle, pasear en barco por el lago estaba dentro de mi listado y quedó doblemente tildado como objetivo cumplido este fin de semana.
Como no podía ser de otra manera, si vas a cumplir un sueño tiene que ser a lo grande, pasé dos hermosos días navegando por Lago Puelo. Este jueves pasado casi sin planearlo fuimos con mi amiga Paula a navegar y quedé tan manija que ayer domingo salimos con Franco, mi pareja a poner proa otra vez.
Por aquí les comparto mis relatos del Parque Nacional Lago Puelo
Circuito Las Bahías. Un día con Paula
El jueves hicimos con mi amiga Pau el Circuito por la Costa del Lago y sus Bahías. La barcaza llamada Titán de Naútica Puelo, tiene varias opciones y nosotras elegimos el circuito que recorre las bahías del lago. En menos de media hora de charla ya teníamos todo lo necesario, las entradas, el mate, la cámara de fotos y el gorro de lana. Llegamos al lago un ratito antes y embarcamos desde un pequeño muelle metálico que es lo único que quedó en pie, ya que el de hormigón tristemente se derrumbó hace un par de semanas.
La embarcación es hermosa y su conductor Simón (curiosamente igual que el nombre de mi hijo) nos llevó con delicadeza y amabilidad tal como Hoke Colburn en Conduciendo a Miss Daisy.
Fue una experiencia extraordinaria. Pasamos el el día navegando. Estaba soleado y el lago bien planchado y de un verde esmeralda profundo que fue cambiando de tonalidad a medida que nos adentramos en cada rincón y recorríamos cada ensenada.
Hace un par de años conocí a Paula y viajamos a Colonia Uruguay, junto con Valeria (amiga que extraño un montón) y anduvimos en un autito eléctrico de color amarillo. Fue un día épico que seguro narraré en algún otro relato. Lo paradójico de esta salida al lago es que la embarcación también era amarilla. Creo que si tuviera que hacer un logo de nuestra amistad lo haría indudablemente de ese color.
Comenzamos navegando rumbo a Bahía Mansa y las vistas a los glaciares colgantes de los Cerros Vanguardia y Aguja Norte. Una cascada desciende del Cerro Cuevas como una pequeña muestra de la majestuosa vida silvestre que habita el lugar gracias al agua que es la mayor fuente de vida.
Sobre la orilla sur se levanta el Cerro Cuevas. Es parte de la Reserva Natural Estricta, no permiten desembarcar ni recorrer a pie siquiera. De esta manera el huemul y el pudú pudú, entre otros, mantienen su hábitat protegido del impacto ambiental que generamos como humanidad en el planeta.
Pasamos frente al Cerro Aguja y su eterno glaciar esta vez de color blanco brillante como un helado de limón enorme. Todos cerros que nos rodean son de origen glaciario y hogar de infinidad de aves y vegetación cordillerana. El recorrido avanzó hasta el límite con Chile, comienzo de la formación del Río Puelo, para luego adentrarnos más adelante en Bahía Las Lágrimas.
Ahí mismo flameaba la bandera argentina del puesto de gendarmería, donde en verano muchos de los visitantes y los lugareños acampan y utilizan el lugar como punto de partida para todas las caminatas disponibles por los senderos del parque. Ahí otra tarea incompleta para mi lista de cosas pendientes por hacer en el Parque.
El recorrido terminó en las costas del Cerro Chato circulando suavemente por el lago hacia la Bahía Los Calabozos. Un lugar muy lindo con una enorme formación rocosa que sobresale del nivel del agua como pequeños recodos que albergan en su costa abundante vegetación patagónica.
Nosotras elegimos viajar sentadas afuera, el día lo ameritaba. La estela de espuma detrás del bote como cola de un cometa y el agua bailando y salpicando por los bordes era todo lo que había imaginado cuando pensaba en cómo sería el paseo.
Paula estaba muy contenta, ama Lago Puelo y su sonrisa color carmín hablaba por si sola. Igual ella habló por si sola también (te quiero amigaa). Yo me sentí tan dichosa. Mi lista de deseos es larga y cuando uno se cumple siempre ingresa un deseo nuevo (como habrán leído más arriba, ahora quiero ir a acampar a Gendarmería). Creo que lo maravilloso de esta vida es siempre tener esa lista de deseos presente e ir por ahí solo para atrapar sueños. Mis ilusiones vienen en todos los tamaños y curiosamente los ensueños pequeños son los que más alegría me traen.
Hablando de agua olvidé mencionar que a mitad de recorrido ya habíamos tomado unos mates y nos metimos a la parte cerrada de la embarcación porque hacía frío en ese momento. Desde adentro se vió todo perfecto igual y el lugar estaba calentito. Hasta tiene una ventana en el techo.
Sacamos unas hermosas fotos y bueno tenía que escribir algo al respecto. El recorrido duró una hora y media y cerramos la tarde tomando café y comiendo torta en la Chocolatería. Realmente un día inolvidable y un deseo de esos que se piden al soplar las velitas de cumpleñaos. Gracias Pau.
Circuito al Límite con Chile y caminata. Un día con Franco
Como dije, no podía haber quedado más manija con el paseo del jueves que tenía que repetirlo y compartirlo con Franco. Estar en pareja tiene sus momentos, por lo menos la nuestra los tiene y cuando todo está viento en popa que mejor que aprovechar la buena racha y disfrutar de una tarde juntos en pleno lago y a todo sol.
El día nos regaló un cielo azul cobalto, un lago pintado de color turquesa y verde oscuro, teñido de pequeños rayos de sol que brillaban sobre el agua y que nos acompañaron todo el camino revoloteando como gotitas saltarinas por los laterales de la embarcación.
El paseo estuvo nuevamente en manos de Simón. Tan cordial y paciente nos guió a lo largo del brazo oeste del lago mientras nosotros disfrutamos de las vistas hasta llegar al Límite con Chile. El muelle los Hitos nos esperaba y descendimos rápidamente de la embarcación para iniciar la caminata.
Al estar ya cerca del límite la vegetación comienza a mezclarse. Ella no conoce de fronteras, así es notoria esa mixtura de Bosque Patagónico con Selva Valdiviana y el sonido de las aves y el arrullo del agua nos acompañaron todo el camino.
La caminata fue sencilla, atravesamos algunas escaleras de piedra un poco altas pero fáciles de subir y bajar y un par de pasarelas que cruzan sobre el Arroyo Los Hitos de aguas transparentes y provenientes del Glaciar Aguja Norte.
A mano izquierda durante todo el sendero se puede ver el Río Puelo. Junto con dos de sus desniveles forman unos pequeños rápidos que dan inicio al descenso de las aguas hacia el Océano Pacífico.
Desde los magníficos paisajes panorámicos hasta las pequeñas pinceladas, como un tronco bordado de puntilla hecha de hongos, la naturaleza es generosa y abundante. Podría haber estado días ahí y seguro algún detalle nuevo descubriría cada mañana. Así imagino debe ser el trabajo de Simón (el guía) o por lo menos eso creo yo cuando veo a alguien con ese tipo de oficio.
El recorrido llega hasta el Hito Fronterizo construído en hierro y coronado por un cartel Argentina – Chile. Hablamos sobre Francisco Perito Moreno. Su enorme visión y aporte a nuestra Patagonia. Nombramos la llegada de los primeros 153 inmigrantes galeses las costas del Golfo Nuevo Chubut Argentina justo un 28 de julio pero de 1865. Concluyendo en su grandiosa labor para nuestra soberanía.
Caminamos de vuelta a la embarcación ya llenos de aire fresco, cachetes colorados del frío y el sol y el alma arrullada por las aguas del Río Puelo. Como cereza del postre sorprendimos a un pato de los torrentes mientras se zambullía cual José Meolans en las aguas del río y a contracorriente, que disfrutó posando para la sesión de fotos de todos los que estábamos ahí.
Volvimos navegando, ya dentro de la embarcación pensando ya en el almuerzo y en nuestra próxima aventura. Gracais amor.
En estos años, cada vez que me acerco al lago me siento parte de este lugar y del Parque Nacional Lago Puelo. Estoy muy agradecida con la vida que me trajo y aún me mantiene viviendo aquí. Agradecida cuando me abraza como lo hizo Franco ayer o cuando me regala una amiga como Paula.
Para reflexionar navegando por Lago Puelo
Mi lista de deseos incluye siempre el poder poner en palabras mis vivencias y seguir andando por este pequeño lugar en el mundo que no deja de sorprenderme. Los invito a abrir una lista propia y no olviden inluir navegar por las aguas de Lago Puelo.
Abrazos