DIY. Reparación de la carrocería del colectivo. Parte 1

Reparar la carrocería del colectivo resultó súper trabajoso y nos llevó bastante tiempo.

No es algo que le pase a todos los colectivos. El nuestro vino con sorpresa y tenía bastantes partes en un pésimo estado, ocultas bajo los revestimientos y no quedó mas remedio que arreglarlo.

 

Esta reparación requirió conocimiento, herramientas adecuadas. A veces mucho ingenio para usar las que teníamos en casa. Mucha paciencia y algo de estado físico (los brazos y las manos se agotan de hacer fuerza)

Los paneles laterales, superior e inferior (piso, techo y los costados) de nuestro Mercedes son de chapa. Los paneles delantero y trasero (el frente y el fondo) son de fibra de vidrio.

Dividimos los arreglos en varias partes. El colectivo es enorme y no tenemos tanto espacio de trabajo, ni tantas personas (somos nosotros dos). Así…esta es la historia del arreglo del lateral izquierdo.

Hicimos primero el lateral del lado del conductor. El espacio que tenemos de trabajo es reducido y el colectivo estaba estacionado contra la pared del galpón y no se podían trabajar los dos lado a la vez.

Reemplazo de chapas en carrocería. Techo y paredes del cole

Cuando removimos todos los revestimientos de las paredes y el techo, nos encontramos con toda la carrocería llena de agua, óxido, corrosión y muchos agujeros.

El encuentro de las paredes con el techo, parece que ya había sido reparado anteriormente.

Por fuera sólo se podía ver una capa de membrana asfáltica que cubría todo el techo y bajaba hasta los dinteles de las ventanas.

Pero resultó que la pegajosa y difícil membrana ocultaba unos parches de chapa que fueron agregados como reparación y colocados con un centenar de remaches. Justo en la curva entre el techo y las paredes.

Los miles de remaches en la curva del techo de un arreglo viejo. Óxido por todos lados

Con el paso del tiempo entre la membrana y la chapa se fueron haciendo agujeros producto de la corrosión. La membrana estaba suelta en muchos lugares, pero en otros estaba muy agarrada y costó muchísimo desprenderla.

Por ahora, todo lo que venimos encontrando en el colectivo está en estas condiciones. Parece que está suelto, pero después resulta que está mas agarrado que arroz en olla de campamento.

Decidimos también, cambiar todas las ventanas rotas. Queríamos tener sólo aberturas en los lugares que nos fueran útiles y no por todo el colectivo.

En resumen la cosa fue así:

Reemplazamos las chapas correspondientes al techo y bajamos directamente hacia las paredes, y cerramos. Todos los laterales con chapa nueva para construir las paredes que antes eran solo ventanas.

Lateral izquierdo ya terminado con chapas nuevas y abiertos los vanos para las carpinterías

Lo mas importante en todo este proceso es la vinculación de lo nuevo con lo viejo, no queremos repetir los mismos errores que encontramos y pensamos que los parches son solución del momento, pero que generan muchas complicaciones después.

Lo ideal es que todo lo que hagamos nuevo y aquello que es original, actúen como un conjunto y que las uniones estén bien cuidadas para evitar sobretodo filtraciones y roturas futuras.

Nos interesa mucho cuidar y preservar la mayor cantidad de cosas posibles. No por ser viejas hay que reemplazarlas, con un poco de amor y cuidado pueden seguir siendo parte de este motorhome. Nuestra generación aún repara cosas, recupera y restaura.

Creemos que es el mejor ejemplo para darles a nuestro hijos, no todo lo viejo está perdido, no todo lo que está roto hay que tirarlo y no todo lo que está dañado se soluciona con un parche.

Volver a la vida a este viejo colectivo nos hace reflexionar cada día en algo diferente.

¿Cómo reparamos la carrocería del óxido y la corrosión?

El óxido es el primer problema que nos sorprendió a la hora de comenzar la transformación de nuestro colectivo en motorhome. Aún seguimos teniendo partes oxidadas, (el piso por ejemplo y el otro lateral) pero realmente esperamos que pronto vayan desapareciendo y que no vuelvan más.

El óxido es esa capa rojiza que se forma sobre la superficie del hierro y sobre otros metales a causa de la oxidación, que es una reacción química que se produce al contactarse un metal o un hierro con el agua y la humedad.

La oxidación puede ser un problema serio. Los metales empiezan a deteriorarse y realmente se cubren de un manto rojizo que, además de afectar la estética comienza a convertirse en un problema mayor, ya más peligroso y complejo de resolver, la corrosión.

A menudo solemos pensar que son básicamente lo mismo, sin embargo la corrosión afecta directamente la vida útil del elemento hasta provocar la pérdida total de sus propiedades volviéndose una situación peligrosa.

En nuestro colectivo nos encontramos con ambas cosas, oxidación y corrosión, y nos tomamos muy en serio su reparación, porque no queremos tener ningún problema grave después.

Lo que sí quiero destacar es la importancia del estado del chasis, que aunque está un poco oxidado, no olvidemos que el colectivo tiene cuarenta y dos años, no presenta signos de corrosión, lo cual hubiera significado un costo enorme el reemplazo de la estructura o peor aún no podríamos haberlo resuelto.

Los parantes de hierro que sostienen las chapas del techo y las paredes, estaban muy oxidados, debido a las filtraciones de agua que sufrió el cole durante muchos años, por los arreglos mal hechos, por las ventanas, por el paso del tiempo, porque los metales se oxidan con sólo la humedad ambiente si están mal protegidos.

Reforzamos la estructura de la carrocería en los lugares donde los hierros estaban literalmente comidos por la corrosión. Cortamos las partes mas afectadas y las reemplazamos por nuevas.

 

 

Pasamos moladora por todos los perfiles para limpiar bien la superficie, lijamos con cepillo de alambre, con lija esmeril y pintamos todo con pintura antióxido.

Cada parante y cada travesaño de la carrocería tienen 4 lados y fuimos muy cuidadosos en cuanto a no olvidarnos de ninguno, porque los procesos químicos siguen avanzando en silencio.

Tratamos de ser prolijos y meticulosos. En alguna medida nos obsesionamos un poco, después fuimos teniendo cuidado, sin enloquecer frente a cada mancha roja o cada huequito que íbamos encontrando.

Imagen. Interior terminado de pintar con antióxido y el techo ya cortado.

Si bien es muy obvio que un perfil cuadrado tiene cuatro caras, a la hora lijar y pintar no hay que olvidarse de esos detalles, porque después aparecen de la nada sectores sin tratar y la verdad es que una vez que lavas el pincel es bien molesto tener que sumergirlo nuevamente en antióxido.

¿Cómo reemplazamos las chapas?

Primero que nada tuvimos que reemplazar una parte del piso en el fondo del colectivo y reparar por completo la pared de atrás para poder trabajar en el lateral que queríamos arreglar.

Esto se los cuento en otro artículo para dedicarle unos cuantos renglones, porque nos llevó mucho tiempo.

Una vez que tuvimos el piso del fondo transitable, la pared de atrás medianamente en condiciones, las ventanas originales desmontadas, la chapa cortada y todos los parantes de la carrocería lijados, cortamos la parte del techo que íbamos a reemplazar.

 

Con moladora y mucha paciencia fuimos cortando todo el techo, siempre del lateral en el que estamos trabajando. En realidad Franco fue cortando el techo.

El techo del cole estaba ya reparado antes con una membrana asfáltica, que rasqueteamos para levantarla y poder desmontar la parte del techo original mas deteriorada y luego vincularlo con las chapas nuevas, mediante soldadura.

El reemplazo de las chapas en sí nos llevó varios días. El calor y el sol de enero no nos dieron muchas horas de trabajo. Cada chapa que fuimos remachando nos costó menos cada vez.

Las dos primeras nos quedaron algo deformadas, tirando a sábana recién sacada del lavarropas, pero las siguientes encontramos ya una técnica y nos quedaron bien planchaditas.

Lo primero que hicimos fue pintar con antióxido color marfil ambos lados de cada chapa. Cuando se acabó el color marfil, le entramos al antióxido negro, que cubrió la superficie mucho mejor. El marfil nos alcanzó justito para el lado exterior y pusimos negro del lado de adentro.

Pintamos todas las chapas con soplete. La pintura es bastante volátil así nos protegimos con máscara para pintar cuidando los pulmones. Cortamos todo con una cizalla especialmente comprada para este proyecto.

El lateral izquierdo nos llevó siete chapas de 1.20 de ancho y de largo hicimos dos medidas, las 5 primeras de 1.90m y las 2 últimas de 2.10m. Una vez terminadas de colocar vamos a tener que volver a pintarlas del lado de afuera.

La primer chapa necesitó de un corte medio especial porque tenía que seguir la forma de la parte trasera y las dos últimas chapas fueron mas largas porque las ventanas también eran mas largas.

Reforzamos toda la estructura de la carrocería con perfiles 20×40 y armamos los marcos de las ventanas también con lo mismo.

Para colocar las chapas tuvimos además que ir cortando y soldado una planchuela cada 1.20 para poder apoyar cada chapa y así solapar una con otra para luego remachar todo.

Además entre chapa y chapa y, entre chapa y estructura colocamos silicona especial para automotríz, asegurándonos que no se produzcan filtraciones.

Como decía las dos primeras chapas fueron complicadas, son pesadas y hay que dejarlas bien alineadas para que no queden cruzadas o atravesadas.

Para ésto ya en la tercer chapa, con unas pinzas tensamos las chapas y quedaron perfectamente pegadas a la estructura y eso facilitó mucho la colocación de los remaches.

Fuimos aplicando membrana líquida y protex a medida que avanzamos con el recambio de las chapas. Una vez terminadas de colocar, abrimos los huecos para las ventanas, dejando una solapa por cada borde para doblarla y soldarla a la estructura.

Las ventanas tienen los bordes redondeados, quedará luego resolver esto.

La chapa original tenía algunos lugares oxidados, así la soldadura costó un poco, y después para asegurarnos la estanqueidad pondremos una tela sobre la costura y aplicaremos protex para sellar cualquier pérdida que no hallamos visto.

Finalmente y con mucha paciencia, soldamos el encuentro de las chapas nuevas con las originales a la altura del techo.

Para que los empalmes queden bien, sujetamos con riendas que cruzaban todo el colectivo las chapas nuevas contra las viejas y esto facilitó la soldadura de todo el cordón del techo.

Pintamos finalmente la unión con antióxido para luego reparar las chapas del centro del techo y el otro lateral y así darle un buen acabado. Tenemos que instalar dos lucarnas y esto daría por terminado el cambio de chapas.

Aún nos queda el otro lado. Hace un par de días arrancamos el cole para moverlo y poder trabajar del lado derecho.

En el próxímo artículo te voy a contar todo lo que hicimos para ponerlo en marcha y todo lo que tenemos que hacer para que quede andando bien.

Esperamos que nuestras experiencias aporten ideas frente a los problemas que pueden surgir. Sentimos que a veces es difícil afrontar situaciones inesperadas, pero pensamos que cuando la meta es clara, un par de chapas oxidadas o el recambio de todas las paredes y medio techo no detienen a nadie.

 

Si quieren dejar algún comentario o compartir esta publicación agradecemos mucho la participación y la difusión de este espacio.

¡Hasta la próxima!

Un abrazo

Carla

 

 

 

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